La Universidad Estatal de Pensilvania realizó pruebas con un grupo de 20 hombres y 21 mujeres, que aceptaron comer en el laboratorio durante tres semanas, sin que sepan que en sus comidas se ocultaban las verduras.
Todos los días se les sirvió el mismo menú: pan de zanahoria en el desayuno, fideos con queso en el almuerzo y arroz con pollo a la cacerola en la cena. Se les dió la cantidad que deseaban consumir, junto con pan, yogurt, brócoli y arverjas, dependiendo de la comida. Además se les ofreció una serie de snacks para que consumieran por las tardes.
Los cocineros, sin que los estudiados supieran, agregaron a los platos verduras sancochadas, puré de coliflor, calabaza, zanahorias, dependiendo de la entrada. Cabe resaltar que no a todos se les dio las entradas con las verduras ocultas.
Con esta intervención, el consumo de calorías se redujo en 360 por día cuando las entradas contaban con 25% de puré. Si se continúa con este consumo se puede adelgazar medio kilo de grasa corporal en 10 días.
"Es interesante que tengamos que ir tan lejos para lograr que las personas coman más vegetales", puntualizó Richard Mattes, profesor de alimentos y nutrición de la Universidad Purdue, Estados Unidos, quien no participó del estudio.
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